Hace poco más de 200 años nacía Florence Nightingale en Florencia, en el seno de una acaudalada familia británica. Años después, esta niña se convertiría en una mujer apasionada y decidida que cambiaría el mundo de la enfermería en una época en la que la disciplina se consideraba un trabajo no formal a cargo de esposas de médicos, monjas y cuidadoras. Nightingale se considera la fundadora de la enfermería moderna. Una ardiente vocación, que no encajaba con las expectativas de la sociedad de la época para una mujer de su posición, la llevó a desafiar las convenciones y dedicar su vida al cuidado de sus pacientes.
A pesar de la oposición de su familia y de la sociedad de la época, Nightingale estudió enfermería y trabajó ejerciendo su pasión en un hospital de Londres. Poco después, viajó a Alejandría (Egipto), donde trabajó como enfermera voluntaria en un pequeño hospital. Allí, observó cómo la falta de formación y educación afectaba la calidad de la atención brindada. Fue en ese momento cuando empezó a creer en la importancia de la profesionalización.
En 1854, estalló la Guerra de Crimea y Florence fue enviada allí para dirigir un equipo. Las condiciones en los hospitales militares eran terribles, y la tasa de mortalidad entre los soldados heridos era muy alta. Nightingale implementó medidas de higiene y saneamiento básicas, como limpieza regular y ventilación de las habitaciones, y también organizó la distribución adecuada de suministros y alimentos. Gracias a sus esfuerzos, la tasa de mortalidad disminuyó de manera radical.
Florence se dio cuenta de que, tal como se concebía la profesión en aquellos tiempos, era imposible proporcionar una atención de calidad. Convencida de que la clave para mejorar todo aquello residía en la educación y la formación, comenzó a abogar por la profesionalización. A su regreso a Inglaterra cuando la guerra terminó, utilizó su influencia y las conexiones de su familia para promover la causa de la enfermería. En 1860, con el apoyo financiero del gobierno británico, fundó la primera escuela de enfermería del mundo en el Hospital St. Thomas de Londres. La escuela fue pionera en la ejecución, por primera vez, de un programa de estudios riguroso y basado en la evidencia para formar enfermeras profesionales.
Además de su trabajo en la mejora de la disciplina, Nightingale también introdujo un símbolo icónico en la profesión: la lámpara. En Crimea, realizaba sus rondas nocturnas en los hospitales llevando un candil, que se convirtió en un símbolo de su trabajo. La lámpara simboliza la atención y el cuidado brindado a los pacientes, especialmente en momentos de oscuridad y necesidad. Desde entonces, este objeto se popularizó como el símbolo internacional de la enfermería, y se utiliza como un recordatorio constante del compromiso y la dedicación en la atención de los enfermos. A Nightingale se la conoce desde entonces como “la dama de la lámpara“.
Nightingale cerró una etapa de otros esfuerzos y contribuciones de mujeres fundamentales en la evolución de la enfermería, así como en la atención sanitaria en general. Entre ellas se encuentra Phebe, mujer griega considerada la primera diácona y visitadora de enfermos, cuyo hogar se convirtió en el albergue de pobres, enfermos y viajeros. O Hildegard de Bingen, monja benedictina alemana del siglo XII que fue una prolífica escritora, compositora, filósofa, mística y médica. Su trabajo incluye tratados sobre medicina y botánica, y es conocida por sus conocimientos en el tratamiento de enfermedades y su enfoque holístico de la salud. También Isabel de Hungría, en el siglo XIII, dedicó su vida a servir a los pobres y enfermos. Fundó hospitales y se convirtió en un símbolo de la caridad y la enfermería en la Europa medieval.
La visión de Florence Nightingale sobre la profesionalización de la enfermería inició una nueva era en la atención sanitaria. Su trabajo sentó las bases para la evolución de la profesión en todo el mundo. Otras enfermeras, como Clara Barton, fundadora de la Cruz Roja Americana, y Mary Eliza Mahoney, la primera enfermera afroamericana en Estados Unidos, continuaron su lucha. En el siglo XX, Virginia Henderson contribuyó de manera significativa al desarrollo de la teoría y práctica de la enfermería, y estableció un modelo conceptual para asegurar todas las necesidades básicas del paciente, desde cuestiones físicas hasta espirituales. Hoy en día, su teoría permanece vigente. Hildegarde Peplau instituyó a principios del siglo XX un modelo de cuidados que lograba una mayor interacción entre el profesional de la enfermería y los pacientes, y que lleva su nombre (modelo Peplau).
Todas ellas, junto con otras muchas, fueron transformando la profesión de enfermería en lo que es hoy en día. Gracias a su pasión y dedicación, lograron enaltecer la profesión, y algunas de ellas incluso arriesgaron sus vidas para ayudar a otros.
Desde Nightingale, la enfermería moderna ha ampliado su alcance de práctica y su influencia en el cuidado de la salud. En la actualidad, se basa en una amplia variedad de conocimientos científicos que profesionales, hombres y mujeres, aplican a su práctica diaria para proporcionar cuidados de alta calidad y mejorar la salud y el bienestar de sus pacientes.
Junto a los cuidados, la investigación se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la enfermería, cada vez más involucrada en la investigación clínica y traslacional. Esto ha hecho de la enfermería una disciplina cada vez más especializada y basada en la evidencia. La investigación en este ámbito puede incluir estudios sobre nuevos tratamientos, técnicas de atención, intervenciones de prevención, así como estudios que evalúan la efectividad de diferentes prácticas de enfermería. La investigación ha sido un pilar fundamental en esta evolución, y los profesionales continúan desempeñando un papel vital en el cuidado de la salud y la promoción del bienestar de los pacientes. Fruto de esta investigación también se han desarrollado especialidades en enfermería, tales como enfermería pediátrica, psiquiátrica, geriátrica, obstétrica o de cuidados intensivos, así como muchas otras áreas de especialización.
La investigación en enfermería puede ser realizada tanto por personal en activo como por profesionales que se dedican exclusivamente a la investigación. Los colegios de enfermería, como organizaciones representativas, también pueden enfocar parte de su actividad a la investigación. Además, pueden colaborar con otras organizaciones y asociaciones de profesionales de la salud para llevar a cabo investigaciones interdisciplinarias. También pueden promover la formación y la capacitación continua en investigación para sus miembros y apoyar el desarrollo de habilidades de investigación a lo largo de la carrera profesional.
En los últimos años, y fruto de una profesionalización sin parangón, la enfermería ha ganado mayor visibilidad en los medios. Las redes sociales también han sido una plataforma importante para la enfermería, pues permite que los profesionales puedan intercambiar información, colaborar en la investigación y, finalmente, desarrollar las mejores prácticas en enfermería. Hay multitud de recursos y opciones. Veamos algunos ejemplos, entre muchos otros:
Lógicamente, también en Youtube también puede accederse multitud de canales, como Canal Enfermero, con noticias de actualidad del Consejo General de Enfermería; El Blog De Rosa; El Enfermero Del Pendiente; Enfermería Tecnológica, o Enferdocente, entre muchos otros.
Desde los tiempos de Nightingale, la enfermería ha demostrado ser una disciplina en constante evolución. Gracias a mucha pasión y trabajo, se ha convertido en una profesión altamente respetada y valorada en todo el mundo. Además, es una disciplina en continua evolución a medida que cambian las necesidades de la sociedad y de la atención sanitaria.